sábado, 22 de febrero de 2014

75 ANIVERSARIO DE ANTONIO MACHADO

75 ANIVERSARIO DE ANTONIO MACHADO

Hoy en el 75 aniversario de su muerte, quiero hacer desde aquí mi pequeño homenaje al gran Antonio Machado, para mí un poeta magistral, algunos de cuyos poemas están grabados en nuestra memoria.



Autor
Antonio Cipriano José María Machado Ruiz. (Sevilla, 26 de julio de 1875 - Coillure, Francia, 22 de febrero de 1939). Poeta, dramaturgo y narrador español, poeta emblemático de la Generación del 98.
Realiza sus estudios en la Institución Libre de Enseñanza y posteriormente completa sus estudios en los institutos San Isidro y Cardenal Cisneros. Realiza varios viajes a París, donde conoce a Rubén Darío y trabaja unos meses para la editorial Garnier.
En Madrid participa del mundo literario y teatral, formando parte de la compañía teatral de María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza. En 1907 obtiene la cátedra de francés en Soria.
Tras un viaje a París con una beca de la Junta de Ampliación de Estudios para estudiar filosofía con Bergson y Bédier, fallece su mujer  Leonor de tuberculosis, con la lleva casado solo tres años, y este hecho le sume en una gran depresión.

Pide el traslado a Baeza, donde continúa impartiendo francés entre 1912 y 1919, viviendo con su madre.
Ya más recuperado, se traslada a Segovia buscando la cercanía de Madrid, destino al que llega en 1932. Durante los años que pasa en Segovia colabora en la universidad popular fundada en dicha ciudad.
En 1927 ingresa en la Real Academia y un año después conoce a la poetisa Pilar de Valderrama, la "Guiomar" de sus poemas, con la que mantiene relaciones secretas durante años. 
Con el estallido de la Guerra Civil Española marchó a Valencia. Vivió en la localidad de Rocafort desde noviembre de 1936 hasta abril de 1938 en que fue evacuado a Barcelona.
A finales de enero de 1939, y ante la inminente ocupación de la ciudad, salió de Barcelona viajando en una ambulancia que les fue proporcionada por José Puche Álvarez, Director General de Sanidad. Tras unos primeros días en  Gerona, pasó su última noche en España, la del 26 al 27 de enero, en Viladasens. En la tarde del día 28 llegó finalmente a Colliure en Francia, en donde murió el día 22 de febrero en el Hotel Bougnol-Quintana. A los tres días, falleció su madre, Ana Ruiz Hernández.


 He escogido tres de sus, uno que me sigue desde la infancia y supongo que a muchos de vosotros. El segundo menos conocido pero no menos bello, y el tercero, escrito como se dice, ayer mismo, por lo actual.
Aún recuerdo la emoción de entrar en su aula en Baeza.





A un olmo seco
Al olmo viejo, hendido por el rayo 
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.

¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.

No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.

Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.

Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas de alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

A un naranjo y a un limonero
Naranjo en maceta, ¡qué triste es tu suerte! 
Medrosas tiritan tus hojas menguadas.
Naranjo en la corte, ¡qué pena da verte
con tus naranjitas secas y arrugadas!.

Pobre limonero de fruto amarillo
cual pomo pulido de pálida cera,
¡qué pena mirarte, mísero arbolillo
criado en mezquino tonel de madera!

De los claros bosques de la Andalucía,
¿quién os trajo a esta castellana tierra
que barren los vientos de la adusta sierra,
hijos de los campos de la tierra mía?

¡Gloria de los huertos, árbol limonero,
que enciendes los frutos de pálido oro,
y alumbras del negro cipresal austero
las quietas plegarias erguidas en coro;

y fresco naranjo del patio querido,
del campo risueño y el huerto soñado,
siempre en mi recuerdo maduro o florido
de frondas y aromas y frutos cargado!

Españolito que vienes al mundo
Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.

Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.


Espero que disfrutéis con él, tanto como lo hago yo.


Saludos y nos vamos leyendo.