viernes, 24 de abril de 2015

Reflexión de una semana literaria

Hoy no traigo reseña, traigo unas reflexiones acerca de una semana muy activa literariamente hablando.
Para comenzar, el pasado jueves día 16 de Abril, tuve la inmensa suerte de poder asistir en Málaga a la presentación de Un hijo de Alejandro Palomas, un autor que conocí el año pasado y al que desde entonces admiro profundamente, como escritor y como persona, porque sus conversaciones con Rulfo son una delicia, y alguien que escribe así te gana el corazón. En el blog podéis ver varias reseñas.

Fue una experiencia tan gratificante como sorprendente, en un ambiente íntimo y simpático pude escucharlo desgranar como fue el proceso de creación de su novela, la elección de la portada, las casualidades que la vida puede mostrar para reírse de nuestros planes, y vi a un hombre auténtico, fuerte, feliz, alguien al que la vida le ha mostrado caras amargas y hurañas, y que ahora se ha reconciliado consigo mismo. Le noté, no era difícil, que es pura pasión, lleno de energía, con dudas y miedos ante el panorama que para él representa la promoción de un libro que está subiendo como la espuma desde que salió a la venta, y tras el éxito absoluto de Una madre.

Llevaba fresca la lectura de su libro, un libro que devoré en pocas horas y que ahora estoy releyendo, con esa calma que necesita la buena literatura. Apuntando las reflexiones que ya hice, empapándome de la magia que transmite. Y me quedé sin palabras, no era capaz de hablar, de hacerle las mil preguntas que rondaban en mi cabeza, sólo fui capaz de escuchar y disfrutar de los instantes que nos regaló.

Pero sí que le conté lo difícil que es encontrar sus libros, porque no han llegado; porque aquí no han llegado, ni siquiera sabían de quién hablaba cuando lo pedía en la biblioteca, y le conté la rabia que sentía al ver esos estantes que deberían contener cultura, llenos de biografías absurdas escritas por personajes insustanciales, que sin embargo, la gente pedía, pide y pedirá.

No le conté, todas las preguntas que pasaban por mi cabeza, intentando averiguar, qué es lo que falla en el sistema. Donde se corta la cadena por la que una obra tan bella como la suya al final no llega al público de a pie.
Y con un nudo en el estómago y en la garganta, de vuelta a casa me senté en el parque intentando procesar lo que había vivido en esas horas.

Al día siguiente, 17 de abril, volví a Málaga, suele ocurrir que tras meses de sequía cultural, todo se apelotone.
Esta vez a conocer a una mujer muy especial a la que conocí en las redes sociales, Pilar Muñoz Álamo, autora de Los colores de una vida gris, libro que me encandiló, que presentaba su nuevo libro ¿A qué llamas tú amor? Un libro intimista con trasfondo erótico, que cogí con muchos prejuicios, tal como le dije a ella, pero que me sorprendió, y muy gratamente, a pesar de que me dejó muy descolocada.
En este caso, la autora nos habló de su libro y sobre todo de sus personajes, porque se trata de un libro con unos personajes muy bien armados, y sobre todo de sentimientos, y de actitudes en la pareja.
Mientras hablábamos, le conté que no había podido seguir leyendo, porque esos personajes y esos sentimientos, me habían dejado en shock, porque yo me identificaba totalmente con uno de ellos, y no me gustaba lo que veía, no me gustaba su actitud, porque era yo... Y a la vez que seguía el coloquio, me di cuenta, de que mis propios prejuicios e inseguridades, me habían hecho posicionarme dentro de ese personaje, pero es que había sido otro durante demasiado tiempo. Le prometí retomar la lectura, en cuanto me recoloque.
Con ella estaba su editor, Raúl Lepe, que nos hizo ver el porqué de la edición del libro, del aprovechamiento de la fiebre de novela erótica, para dar a conocer otras obras, que aun teniendo sus escenas más subidas de tono, muy elegantemente contadas, todo hay que decirlo, no hubiesen tenido mercado en otra coyuntura, y aprendí mucho, de muchas cosas. Fue muy enriquecedor.
Mientras volvía a casa, no podía dejar de darle vueltas a todo lo que había descubierto, del libro, del panorama literario, y de mí.

Y el pasado martes, 21 de abril, coincidiendo con los actos de la Semana del libro, no llega al nivel de feria aún, vino a mi ciudad Javier Sierra, autor de varios libros, y que en este caso venía a presentar La pirámide inmortal.

Desde que llegué ya se notaba la diferencia, este sí que es un autor famoso, pero no tanto por sus libros,(como pude comprobar en la cola, sí cola, sorprendentemente), como por sus artículos en revistas y su participación en el programa Cuarto milenio.
Todo fue radicalmente diferente, me encontré todos sus libros reeditados, yo ya me los leí cuando no era tan famoso, la gente era la que aportaba la pasión y había lleno total.

Pero lo mágico, fue cuando comenzó a hablar, su forma de hablar, tiene muchas tablas, su forma de hacerse con el público, su carisma, hicieron que el acto se convirtiese en una conferencia muy interesante, que me hizo plantearme leer este libro, que sí que seguro encontraré en la biblioteca.

Y esta vez cuando volví a mi casa, lo que pensaba, y lo que sigo pensando, es en lo diferente que es para los autores llegar a los lectores, los prejuicios que podemos tener ante diferentes tipos de lecturas, lo heterogéneas que son las armas con las que se juegan en el mundo del libro para llegar al consumidor final.

Pero hay algo que es común a todos ellos, la pasión por lo que hacen, la pasión por lo que les gusta, el amor por los libros.
Y con eso es con lo que me quedo en este día de resaca tras el Día del libro, me quedo con mi amor por los libros, mi amor por la literatura y mi amor por las historias que me enseñan, que me hacen vivir otras vidas y que hacen que mis entrañas se estremezcan.

Y esta es mi larga reflexión que necesitaba hacer hoy, para poder plasmar un agradecimiento.


Gracias a los escritores que me hacen soñar.

domingo, 19 de abril de 2015

UN HIJO de Alejandro Palomas

Título: Un hijo

Autor: Alejandro Palomas

Editorial: La Galera

Colección: Bridge

Año de edición: Marzo de 2015

Páginas: 288

Encuadernación: Rústica con solapas

ISBN: 9788494185755

Género: Novela ficción, narrativa contemporánea



Autor

Alejandro Palomas, nacido en Barcelona en 1967, es licenciado en Filología Inglesa y Master in Poetics por el New College de San Francisco. Ha compaginado sus incursiones en el mundo del periodismo con la traducción de importantes autores. Entre otras, ha publicado las novelas "El tiempo del corazón" (publicada en Siruela y por la que fue nombrado Nuevo Talento Fnac), "Tanta vida", "El secreto de los Hoffman" (finalista del Premio de Novela Ciudad de Torrevieja 2008 y adaptada al teatro en 2009), "El alma del mundo" (finalista del Premio Primavera 2011), "El tiempo que nos une”, "Una madre" y "Un hijo". Su obra ya ha sido traducida a diez lenguas.


Sinopsis

Guille es un niño sonriente y aparentemente feliz, pero solo hace falta rascar un poco para sospechar que esconde un misterio. Guille es un niño introvertido con una sonrisa permanente, y es un lector empedernido con mucha imaginación. Solo tiene una amiga. Hasta aquí, todo en orden. Pero tras esta máscara de tranquilidad se esconde un mundo fragilísimo, como un castillo de cartas, con un misterio por resolver. El rompecabezas lo configuran un padre en crisis, una madre ausente, una profesora intrigada y una psicóloga que intenta armar el puzle que está en el fondo. Una novela coral que respira sentimiento, ternura, vacíos, palabras no pronunciadas y un misterio sobrecogedor.


Opinión

Hay ocasiones en las que resulta muy complicado escribir una reseña, en este caso, en la del libro que hoy traigo, ha sido muy difícil, porque no hay palabras suficientes para describir lo que he sentido al leerlo, no sé jugar con ellas para reflejar mis sentimientos, y tengo un quiero y no puedo, en el que deseo por encima de todo animar a su lectura, pero no debo desvelar demasiado, hay que leerlo, y llegar un poco virgen, para poder apreciar en toda su grandeza la historia de Guille.

En este caso nos encontramos con un libro especial, lo es ya desde la misma portada, es una postal de color esperanza, con ese niño una llave y con un sombrero, que realmente es un faro del que se liberan mariposas, con ese título en forma de sello...una evocadora delicia.

Todo empezó con una pregunta muy sencilla, esa que siempre le hacemos a los niños, ¿qué quieres ser de mayor?  Y ahí es donde aparece Guille, un niño vivo, despierto e inteligente, lector voraz, como no, que quiere ser alguien muy particular. Alguien que con un paraguas baja desde el cielo y arregla los problemas, y que hace que Guille en su infinita inocencia, crea que si repite la palabra mágica supercalifragilisticoespialidoso, todo se solucionará.
Sonia, su profesora, detectará que tras esa respuesta tan particular y esa gran felicidad que siempre demuestra hay algo escondido, hablará con su padre, Manuel, y lo derivará con María, la orientadora del colegio, que escarbando en sus francas respuestas, sus dibujos y sus secretos, logrará descubrir, qué es lo que ocurre.

Y Alejandro va desgranando la historia, poniéndose en la piel de cada uno de los personajes, desnudando sus personalidades, sus pensamientos, de una forma tal, que nos vemos envueltos en el misterio de Guille.
Lo vamos queriendo más y más, por su sinceridad, por su serenidad, por sus miedos y sus valentías, por su sueño, por el empeño que pone en que todo salga como él lo ha planificado para salvar a su amiga Nazia, para salvar a su padre y a sí mismo. Y deseamos que no crezca, que permanezca en ese lugar donde la magia es aún posible, donde el alma del niño siga siendo pura, limpia, al margen de esa realidad inhóspita que hay ahí fuera.
Y cuando terminamos de leerlo, con el alma encogida, y en mi caso, con el sabor salado de las lágrimas que habían caído suavemente durante muchas páginas, me lo leí del tirón, me di cuenta del extraordinario trabajo que ha hecho el autor, para poder llegar de esa forma al corazón, y no pude más que darle las gracias por escribir como lo hace.

Y vuelves a leer, recreándote ahora, en las frases, en las páginas, en ese libro que otra vez, se ha vuelto imprescindible en tu vida y necesitas decírselo al mundo, porque Guille, es mucho Guille y la magia existe.

Enhorabuena Alejandro por dejarme otra vez sin palabras.






Gracias a mi amiga Marina, por este gran regalo y por haberme dado a conocer a Alejandro Palomas y su obra.



Saludos y a leer.